Derivado de una competencia en la búsqueda de una nave que llegara a órbita terrestre baja, fuese reutilizable y aterrizara en una pista de una base aérea al igual que lo hacía el transbordador espacial (STS) en esas épocas; ideas pasadas que se acercan hasta nuestros días, la nave Boeing X-37, un fiel exponente de la tecnología astronáutica actual, su lanzamiento y comando orbital se lleva a cabo por la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) generando alrededor de sus misiones clasificadas una gran cantidad de conjeturas sobre su uso.
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